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Victoria del Infantil A en la AC Cup

Crónica de la experiencia vivida por nuestros chicos, que se trajeron el trofeo a Segovia

Ibai Loza y Raúl Barrio - 12/06/2025

El equipo en la presentación del torneo en San Mamés

Salíamos de Segovia con la mochila llena de ganas e ilusión y nos trajimos una copa y una experiencia inolvidable. Así iniciamos nuestro rumbo a Bilbao a disputar la AC CUP 2025, donde para comenzar nos encontramos en la presentación del torneo en San Mamés con unas 20.000 personas en las gradas. De por sí ya pisar un estadio transmite sensaciones indescriptibles, pero imagínate estar ahí con tu equipo. Tuvimos que esperar a la mañana siguiente para poder hacer lo que más nos gustaba.

Fue entrar por la puerta de Lezama y ya se podía respirar la ilusión y, sobre todo, fútbol. Por todos lados, en todos campos, vestuarios, instalaciones, infraestructura del torneo… Todo lo que a cualquier niño de 13-14 le pondría la piel de gallina y le haría vibrar de ilusión.

Se inició el debut en el torneo contra un Martorell que no iba a poner las cosas fáciles. Poco a poco fuimos asentándonos en el partido, el tamaño del campo y la superficie natural que para nada estaban acostumbrados. Pues el fútbol empezó a llegar, las ocasionas caían del lado azulgrana mientras el conjunto catalán muy bien plantado aguantaba los arreones. Los nuestros se encontraron un penalti que Vata mandaría al arco de Lezama como buen anfitrión esperando su obsequio. Pero lo de nuestros cachorros es un no parar, lejos de venirse abajo, poco después una combinación por banda de las que tantas nos regalaron, dejaron en carrera a Piecito quien una vez más consiguió su gol 35 de la temporada para adelantar al cuadro gimnástico. Los nuestros supieron agarrar el resultado y lejos de meterse atrás continuaron presionando como buena herencia dejó nuestro primer equipo. Con sangre, sudor y honor conseguimos la primera victoria que nos dejaba a un pasito para la fase de Oro.

Tres horas más tarde, con un pequeño viaje, nos plantamos en el colegio Gaztelueta donde en unas impresionantes instalaciones, cubiertas por las vistas, iban a acoger uno de los mejores juegos colectivos que iba a dar nuestro grupo. Segundo partido contra el Derio donde la primera parte del equipo fue digna de olvidar, seguíamos jugando en Lezama obnubilados. Tras el descanso los chicos ya se enchufaron, salieron pensado en cerrar el pase y así fue, a la salida de un córner que Hugo empalmó un balón y lo puso en la mismísima escuadra. De ahí todo sobre ruedas, vino el segundo de David y poco después el tercero de Piecito.

Con eso nos íbamos al tercer partido contra el Basurto, donde ya con la relajación de estar primeros de grupo una primera parte tranquila, dominando, buscando la mejor opción para batir al meta rival. En un error propio encajamos el primer gol del torneo en contra, donde poco pudieron hacer los nuestros tras un buen balón a la espalda y una definición perfecta. Lejos de venirnos abajo seguimos desplegando nuestro juego, combinaciones infinitas de lado a lado, llegadas continuas balones a balón parado, pues tenía que llegar el empata de Vata en un córner. Lo de después es para el recuerdo, un fútbol, rápido, vistoso, vino el segundo de Piecito y un tercer gol que bien podría ser candidato al gol del torneo de Ayan. David pondría el cuarto, dejando una casi asistencia de espaldiña que ni los mismísimos creadores del Joga Bonito hubieran firmado. Sergio y Pesquera completarían la goleada.

A partir de aquí, partidos de 25 minutos desde octavos a la final. Nos plantamos en Loiu, un césped natural perfecto para acoger dignos partidos de tal magnitud.

Los octavos serían contra el Trapagaran, donde desde el minuto 1 los nuestros no dieron pie a nada. 25 minutos desde juego en campo rival donde no hubo ninguna ocasión para los rivales. En mitad de idas y venidas Piecito pondría su 4º gol en el torneo para adelantar a los nuestros firmando su billete a cuartos.

Iniciaban los cuartos, contra uno de los mejores rivales, el Portugalete. Un equipo poderoso que había intimidado a todos sus rivales con goleadas. Daba igual el escenario que los cachorros no les temblaba el pulso. Embotellaron al equipo rival y a base de avasallar el área, en una disputa Vata, recogería el rechace para empujar la pelota y empujar a todos hacia las semifinales.

Tras el éxtasis de estar a 25 minutos de jugar en San Mamés esperábamos rival entre el Athletic y el Martorell, nuestro primer rival. Allí se plantaron los catalanes tras eliminar también al Elite Pro Valencia, y venían con ganas de revancha, y tanto. En un ambiente precioso, ambas aficiones cantaban a viva voz las cánticos y en el césped, pues lo de todos los partidos. Los nuestros impusieron su juego, adaptados al campo, las incorporaciones de Miguel como cuchillo en mantequilla, las combinaciones entre Mauro y Ayan, la escoba de Aitor Reyes, permitió a los nuestros volver a tener al rival contra la lona. Fue en una falta lateral donde tras un barullo en el área Alvaro Rincon acercaba a los nuestros a jugar la final en un estadio cinco estrellas. Los catalanes apretaron y con la ventaja dispusieron de la ocasión más clara donde Adri muy fresco apareció para dejar más claro si cabía que solo había un equipo que mereciera el pase a la final y era el nuestro. Piecito marcó el segundo y puso punto final al encuentro de infarto.

«¡A San Mamés!», eso se escuchó en todo el pueblo y hacia allá nos dirigíamos, a 2 horas de jugar en un estadio de primera división, corriendo la banda que corren sus ídolos. Con la mayor de nuestras sonrisas nos plantamos en el vestuario local de San Mamés, cada uno a su dorsal, cada uno con su futbolista, cada uno con su sueño, coronar en la Catedral del fútbol contra el Leioa. La charla que se escuchó en el vestuario fue breve y eficaz: «Salid a ese campo, sed felices y disfrutar jugando»

Rendimos tributo a Pichichi y después del silbato, se pusieron el mono de trabajo y llevaron a la práctica a la perfección la charla. Desde el minuto 1 apretaron la salida del rival consiguiendo recuperar muy cerca de la portería rival y, por ende, las ocasiones. La primera de Vata escorado. La segunda de Vata con Pedro solo para empujarla. Una y otra vez, se defendían con uñas y dientes pero en el Expected goal, el nuestro estaba más cerca. Tan cerca estuvo que en una falta lateral Ceci consiguió rematar el balón para llevarlo al fondo de la red, pero en fuera de juego. Bofetón de realidad y a seguir que no queríamos un final cardíaco, con unos penaltis que no hubieran reflejado el partido. Ayan y Mauro eran una absoluta pesadilla en banda izquierda una y otra vez percutiendo con llegadas de segunda línea de Vata quien tendría por tercera vez el gol a pocos centímetros. El balón se jugaba continuamente en campo rival, Pesquera, Mauro, Sergio, Alberto y Hugo dieron un recital de cómo defender a campo abierto, acosando siempre a los rivales y consiguiendo recuperar el balón casi tras perderlo. Sergio recogió un despeje de la zaga donde en una apertura para Miguel, quien bien podría haber vuelto a rebasar a su marca en tan solo una carrera, filtró en profundidad a Piecito que escorado a su pierna derecha amagó para romper la cintura a su par. Pelota en el borde del área pequeña, a su pierna buena y toda la portería, lo que todo niño que ha soñado con ser futbolista querría, así transformó el sueño de todos, mandando al fondo sur de la portería de San Mamés, el primer y único gol que se vería en la final.

Historia de una jugada que acabó en la carrera de un niño con los brazos abiertos seguido de todos sus compañeros celebrando un gol en San Mamés, para acabar dejando sus rodillas clavadas junto al escudo en el córner de la Catedral. Solo había que esperar 5 minutos:
- ¿Cuánto queda?
- Ya está
- Arbi, cumplido
Era lo único que se escuchaba entre los allí presentes. Cuando sonó el silbato fue como no oír nada, solo una invasión de emoción por el fin de semana que nos habían este pequeño, gran equipo de fútbol, culminando de la mejor manera posible.

El equipo posa con el trofeo tras ganar el campeonato (Foto: Cristina Cornejo)

Así es como 16 niños con ganas de desafiar sus límites pudieron conseguir el sueño que todo niño futbolista persigue, pisar y ganar el en un campo de primera división.