EL CLUB

Prólogo de Carlos Martín (Charlie)
Ávila - Segovia, Segovia - Ávila. Dos hermanas, vecinas, castellanas. Unidas por el cordón umbilical de la N-110, Carretera de Soria a Plasencia, que vertebra la Extremadura Castellana de la Reconquista Cristiana. Comunidades de Ciudad y Tierra de las más extensas, con más recursos y mejor organizadas militar y administrativamente según el libro "Segovia. Pueblo, Ciudad y Tierra. Horizonte histórico de una patria" (Manuel González Herrero, 1971). Concejos Comuneros libres y democráticos, plasmaron su rebeldía en la Santa Junta de Ávila y su Ley Perpetua. Misma identidad, idiosincrasia, olvido de las actuales administraciones y resiliencia de Castellanía Vieja, celtibérica. Que unos vecinos se intenten reír de las desdichas de los otros, es, en el fondo, reírse de sus propias miserias. Las dos capitales de provincia más altas sobre el nivel del mar, tienen en sus clubes de fútbol más representativos otra singularidad, no haber militado en categorías de élite. Pero aunque siempre bregando en el barro futbolístico, Gimnástica y Real tienen algo de lo que presumir, ser la séptima rivalidad de nuestro fútbol más jugada en partido oficial y eso...no lo puede decir cualquiera. El Ávila ya centenario y la Sego a punto de serlo, llevan batiéndose el cobre federadamente desde los años 40 del siglo pasado superando de largo el centenar de partidos. Este del domingo será el encuentro oficial número 119, nos confirma el Dr. Percheles, casi nada. Los hubo broncos en San Antonio o El Peñascal, en "Albueringrado" o en el "Suárez Park". Pero también hubo bonitos gestos de hermandad, como nos cuenta a continuación el amigo Matarranz. ¡Larga vida a «El Clásico de Castilla»!
Uno de los alicientes de la temporada 2025/2026 es el regreso de “El Clásico de Castilla” que enfrenta a la Gimnástica Segoviana con el Real Ávila. Tradicionalmente ha sido el gran rival de los azulgranas. Antes en los campos de El Peñascal y San Antonio, y en la actualidad en el Adolfo Suárez y La Albuera. En competición oficial se han enfrentado 118 veces desde el año 1944, que fue la primera vez que lo hicieron en un partido de liga, duelo que lleva sin repetirse desde la temporada 20/21.
En el final del verano de 1949 llegó la primera gran desilusión para los aficionados de la Sego. Cuando todo estaba preparado para empezar la liga con un partido frente al Toledo en El Peñascal, apenas unos días llegó la comunicación de la Federación Española de Fútbol informando que el club gimnástico sería reemplazado por el Valdepeñas. La motivación fueron las deudas que los segovianos tenían con la federación y con jugadores de la campaña anterior.

Aquello dejó al club al borde la desaparición. La directiva, que presidía José María del Busto Castañón, decide que organizará partidos amistosos los domingos para mantener la afición. Los dos primeros partidos frente a equipos como Madrileño FC o la Cultural Madrileña son un fracaso deportivo, económico y no tienen atractivo para los aficionados que echan de menos la competición oficial y los rivales clásicos de la Tercera División que llevaban disfrutando desde 1944.
La situación se complica en noviembre de 1949, cuando la directiva de José María del Busto presenta la dimisión tras varias semanas sin noticias del máximo mandatario que no está en Segovia.

Dentro de ese panorama desolador para el fútbol segoviano, se crea una nueva competición que se denomina como Torneo de Modestos, en el que juegan equipos de futbolistas locales como eran La Granja, Imperial, Rayo Segoviano, Anís Castellana, HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica).
Era el único aliciente para los apenas 100 socios que seguían pagando la cuota al club, aun no habiendo partidos, ya que la Delegación Comarcal de Fútbol impuso que los socios azulgranas entraran gratis al Peñascal cuando se jugara esa competición. El club corría serio peligro de bajar la persiana y los aficionados expresan en la prensa el miedo a la desaparición definitiva del equipo de la ciudad motivado por la inactividad y la desactivación de los socios del club.

Pero un giro habitual en la historia gimnástica en marzo de 1950 provoca el movimiento para resurgir de sus cenizas. Se forma una comisión gestora que dirigirá los designios del club, presidida inicialmente por Cesáreo Martín Peña, y como vocales Juan López Miguel, Pedro Hernández, Juan Aragoneses y Tomás Cerezo, los cuatro primeros expresidentes. Finalmente sería nombrado presidente de la gestora Pedro Hernández y pondría en marcha de nuevo a la Sociedad Deportiva, con iniciativas de todo tipo para recaudar fondos. No faltaron verbenas, tómbolas, rifas e iniciativas de todo tipo para saldar las deudas contraídas en el pasado.

Y en ese momento llega la invitación del Ávila a jugar dos partidos frente a la Gimnástica Segoviana, uno en cada ciudad, con el compromiso de que la recaudación de ambas taquillas estarían destinadas a mejorar la economía de los gimnásticos. “Que Segovia esté apartada de la competición nacional ha sido para los abulenses un motivo de contrariedad y disgusto comparable a nuestra propia eliminación” expresa el comunicado del club encarnado que la prensa local.

La expectación era alta en la ciudad ante estos partidos y la posibilidad de que el futbol federado regrese a la ciudad. En poco tiempo se logran 1.500 socios, lo que consideran un record en la historia del club. Y la motivación de los aficionados se refleja en los anuncios que publica El Adelantado en portada, en los que la empresa Autocares La Serrana anima a los segovianos a asistir al partido homenaje a la Gimnástica Segoviana en Ávila.

Como el club azulgrana no había participado en la liga no tenía plantilla. De modo que la Segoviana formará con jugadores locales que han disputado el Torneo Modesto, y está previsto que acudan exjugadores que pueden intervenir, como Óscar, Herrera y Pilín, entre otros.
El primer partido se disputa el 18 de mayo de 1950 en el desaparecido campo de San Antonio, y concluye con clara victoria abulense por 7-0. El partido de vuelta fue el 8 de junio de 1950.

Como curiosidad ambos equipos se disputarán una copa de plata donada por David Herrero, Gobernador Civil de Ávila, que es de origen segoviano. Los Gimnásticos de nuevo serán reforzados por jugadores que en temporadas anteriores militaron en sus filas, junto jóvenes segovianos que están disputando el Torneo Modesto en El Peñascal. Una vez más cuando llegan las dificultades económicas a la Gimnástica, es la cantera local la que saca adelante el equipo. En el partido de vuelta se impone la Gimnastica Segoviana por 3-2 con dos goles de Adolfo y uno de Herrera.

La campaña siguiente, temporada 50/51, la Gimnástica Segoviana retornará a la Tercera División, una vez haya saldado gran parte de sus deudas, y la Federación lo premia con una plaza la categoría nacional que nunca debió perder.
Queda para historia la contribución que el eterno rival, el Real Ávila, hizo para que la Gimnástica Segoviana siguiera viva y retornara al fútbol nacional. Y es que hay rivalidades que son necesarias y, cuando falta el oponente, se echan en falta.
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